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A principios del siglo XX, el entonces Vicario General Monseñor Copello, quedo muy conmovido por una imagen de la Virgen María en la forma de "Nuestra Señora de la Salud" en Italia. Al solicitar una copia de esta imagen de la Virgen, se le concedió bajo la condición de que aceptase fundar una iglesia bajo el nombre de Nuestra Señora de la Salud. El sacerdote, entusiasmado, escribió a Italia para encargar una reproducción de la imagen que se veneraba en Molinara.

En un pequeño terreno propiedad del arzobispado de Buenos Aires se edifico un humilde y pequeño salón de material donde se celebro la primera Misa en donde solo nueve vecinos de Versailles asistieron a ese hecho histórico.

La imagen llegada a Buenos Aires fue recibida por el cura de la parroquia de aquel entonces, Juan Emmanuelle.

En poco tiempo el salón se volvió insuficiente y se levanto un salón de chapa más grande para albergar a los fieles. Debido al crecimiento de fieles, cuatro años más tarde, fines de 1932 fue dictado un decreto que dio origen oficial a la obra de Nuestra Señora de la Salud.

En una radiante mañana de un sábado de verano, con los zapatos gastados y la sotana negra de rigor, un joven sacerdote llego en el tren de una sola trocha a la estación Versailles. Traía consigo sus únicas pertenencias: la Biblia y una muda de ropa.

Sorteando las calles y zanjas de las chacritas del Versailles rural de ese entonces, el padre Julio Meinvielle recorrió las cuadras que lo separaban de la estación a la Iglesia de chapa acanalada. Él no sabia que en esa parroquia iba a pasar los próximos diecisiete años de su vida.

El padre se instaló y con toda naturalidad en los días venideros comenzó a celebrar misa a las seis de la mañana para que todos los trabajadores del barrio recibieran al cuerpo de Cristo antes de ir a trabajar.

Los extensos potreros que rodeaban a la parroquia estaban llenos de jóvenes que jugaban a la pelota o se reunían sin ningún tipo de propósito definido.

El padre Julio estaba obsesionado por sacar a la juventud de la calle y darle la mejor formación posible en un ambiente sano. Acercar a los jóvenes a la Iglesia era una tarea nada sencilla. Se necesitaba una propuesta dinámica, nueva y capaz de cambiar la situación reinante.

Meinvielle había quedado impresionado por los exploradores de Don Bosco. Decidido a brindarles a los muchachos una actividad de características similares, opto por armar su propia experiencia en base a los principios de los exploradores de Don Bosco y los Boy Scouts Argentinos.

Para el 30 de Mayo de 1933, el padre Julio lanza su convocatoria a los jóvenes del barrio de Versailles y alrededores.

Los primeros exploradores fueron aquellos que Meinvielle pudo convocar desde sus celebraciones de Misa, pero la noticia corrió con rapidez y muchos respondieron al llamado del padre.

Rápidamente y después de algunas semanas de práctica intensiva en el modesto patio de tierra de la parroquia, los exploradores aprendieron a formar y a marchar al compás de la banda, que también sonaba al momento de izar y arriar la bandera.

Los exploradores concurrieron al sastre de la zona quien les tomo las medidas para conformar los primeros uniformes de scout católicos de la Republica Argentina.

El color elegido fue el caqui, las medias eran de color negro, sombrero de género, pantalón corto o largo según la edad y corbata, Cinturón, banderola y porta mosquetón de cuero.

Los meses transcurrieron con mucha actividad, tanto que el propio padre Julio dedicaba muchas horas a la educación de los jóvenes en el patio de la parroquia.

Durante el verano del 33 alentados por el mismo padre Julio, los jóvenes que formaron las primeras patrullas scout católicas decidieron tomar nombres, la mayoría autóctonos de la Republica Argentina, fue así que se abrieron las patrullas: Vicuña, Puma, Halcones, Jaguares, Lobos, Tigres, Panteras, Águilas, Leones y Serpientes, conformando por demás una superpoblada Tropa Scout conocida por su nombre como Tropa Baden Powell.

El libro "Scoutismo para Muchachos" escrito por Baden Powell era la guía básica para la educación de los jóvenes en ese momento.

La característica más significativa del uniforme lo constituyo sin lugar a dudas el Cordón de Pureza. El Padre Julio lo agrego como un símbolo, a partir de Mayo de 1934, que identificaba a los Scouts que habían formulado su promesa.

Se trataba de un cordón blanco, de un metro y medio de largo con un prolijo nudo corredizo en el extremo. Con la llegada del nuevo milenio y la disolución de USCA el Cordón de Pureza se convirtió en el símbolo de la resistencia de los Scouts Católicos que intentaron mantener vivas sus tradiciones. Por eso fue de gran tristeza para este grupo scout tener que dejar de usarlo para ser parte de la nueva asociación.

El primer campamento del grupo se llevo a cabo en Mar del Plata en el verano de 1935. Mas precisamente en lo que es hoy en día el Balneario de Punta Mogotes. A ese campamento los scout de La Salud viajaron en tren, gestionado por el Padre Julio para que no costara un centavo.

Posteriormente al Padre Julio Meinvielle y otros sacerdotes católicos realizan sus experiencias, abriendo grupos scouts en sus parroquias. Todos esos esfuerzos se aúnan y el 7 de abril de 1937 cuando el cardenal Copello, entonces obispo primado de la Argentina reconoce la Creación de la Unión Scouts Católicos Argentinos, siendo su presidente el Gral. Ezequiel Pereyra, sus vices el contralmirante Osvaldo Repetto y el Dr. Ernesto Padilla (h), secretario el padre Julio Meinvielle y prosecretario el Dr. Alfonso Rafaelli.

Con el nacimiento de USCA este Grupo queda de aquí en más nombrado como:

Grupo Scout Nº 1 "Nuestra Señora de la Salud" de la Unión Scout Católicos Argentinos

Comenzado 1937 los scout de La Salud emprendieron un nuevo año de actividades y en ese año hubo un cambio significativo en el uniforme. La corbata caqui que usaban los scout fue reemplazada por un pañuelo verde oscuro que se usaba pasando sobre los hombros por debajo de las charreteras.

Las razones del cambio: los scout de todo el mundo usaban pañuelo. Casi todas las primeras agrupaciones de la Unión de Scouts Católicos Argentinos fundadas luego usarían el pañuelo verde por un tiempo para luego cambiar por sus propios colores.

Posteriormente el pañuelo del Grupo siguió siendo verde, pero con tres tiras marrones. El cambio se debe a que la USCA utilizaba el Verde como diferenciación de los miembros adultos (Scouters) que poseían un grado de adiestramiento. Fue así, que en el año 1971 tras haber, el grupo, pasado por una etapa de cierre y estando aun Julio vivo, decide agregarle tres tiras amarillas al pañuelo, conmemorando a la bandera Papal y los tres principios Scouts (Dios, Patria y Hogar), ya que realizar un motivo nuevo para el pañuelo era muy costoso para la cantidad de chicos que concurrían al grupo y las cintas bebes se recibirían de obsequio por la tienda vecina. Pero, del papel a la práctica no fue como se esperaba, ya que la tienda solo poseía un rollo de cinta bebe amarilla y el único color en cantidad era el marrón, y como dice el viejo refrán "A caballo regalado no se le miran los dientes", así que adoptaron el color con gusto. Conformado así el pañuelo como Verde, color originario, con tres tiras marrones, por los tres principios y el color que recuerda los taquitos de madera de los Maestros Scout (actualmente Insignias de Madera), la formación constante del adulto y el camino a seguir de los dirigidos.

Mas adelante una nueva historia surgió. Y así como los marinos usan tres tiras negras por la muerte del Almirante Nelson, el grupo en luto al deceso del Padre Julio Meinvielle en 1973 utiliza tres tiras negras sobre su pañuelo pero por el trabajo constante del Scout y con el paso del tiempo se destiñeron convirtiéndose en el marrón actual.

En la actualidad, a partir del año 2000, el pañuelo lleva en el triangulo posterior, la insignia de la flor de liz de USCA (en su momento colocada en el pecho significaba que el scout tenia promesa). Como conmemoración al esfuerzo y tesón de los fundadores de este grupo, quienes son la historia, el pasado, el camino recorrido, pero están presentes, siempre detrás para empujar a los que estamos aquí, haciendo hoy lo que mañana será historia.

Así se construyeron los primeros años de nuestro grupo scout, sin duda muy arraigados al comienzo de la USCA. Pero este sueño que comenzó en 1933, lejos esta de terminar. Sin dudas que hemos pasado por un sin fin de etapas, buenas y malas, de alegrías y tristezas, de llegadas y partidas.

Años donde política y socialmente el país no ofrecía muchas garantías ni posibilidades.

Donde bajo regimenes dictatoriales y guerrillas internas, podíamos ser confundidos por lo que no éramos, por uno u otro bando.

Pese a todo, el grupo scout era ese lugar donde podía haber un dialogo común, un objetivo que trascienda las diferencias, un jarro de mate cocido por compartir, un amarre por hacer.

Donde pese a todo, un Clan Rover salio de campamento y se tuvo que arreglar sin fuego en la noche por miedo a ser vistos y que se los lleven los militares. Siendo esto signo de inconciencia o espíritu perseverante... Difícil es la respuesta cuando en las venas corre sangre scout. Donde en años venideros, como los de hoy día, con aparente bienestar económico, la desigualdad social, el consumismo, la pereza espiritual y la falta de entusiasmo de la juventud son moneda corriente.

En tantos años se han repetido una y mil veces dificultades que sin dudas no son ajenas al resto de los grupos. La falta de tiempo, pocos recursos, un micro que nos deja varados, un cura al que no les simpatizamos, el desgano, el agotamiento etc.

Pero se ve que los scout somos un mal necesario, todavía damos batalla. Y como no darla, como dejar de lado ese olor a hierba húmeda en la mañana de campamento, esa risa sincera de los chicos jugando, ese silencio que nos conecta en ronda contemplando el fuego, ese orgullo altivo al hacer el grito de patrulla, ese trago de agua que te convidan después de una gran caminata, ese atardecer lejano que se convierte en oración.

Sumando todo esto, multiplicándolo por mil, todavía no estaremos ni cerca de lo que el scoutismo hace en los corazones de los que se dejan seducir por el movimiento.

Así es, como hoy en día, en nuestro grupo después de 80 años la llama sigue prendida

La realidad es que tal vez no somos muchos en número, tal vez no somos tan organizados como deberíamos, tal vez no seamos los mejores en técnica y la puntualidad no es nuestro fuerte.

Pero algo pasa en cada uno de los que integramos a "La Salud", que desde hace años que el sábado por la tarde tiene dueño indiscutido, que no hay amigo mas sincero que el que compartió cada rama a nuestro lado, que el cura es nuestro amigo y confidente, que cada reunión termina después de hora porque nos gusta estar juntos.

Hoy Chicos, Dirigentes, Padres, Cura, Ex dirigentes, Asoc. Antiguos Scout, formamos parte de este "Grupo Scout Nº 1 Ntra. Sra. de la Salud" (Nombre completo según figura en los estatutos a partir del año 2000).

Y es nuestro deseo seguir sirviendo a los demás, seguir formando hombres de bien. Porque en los tiempos que corren no alcanza con ser buenos, hay que hacer el bien.

¿Quién dijo que todo esta perdido? Yo vengo a entregar mi corazón...

Siempre Listos...

Patrulla Caranchos / Consejo de Grupo
Grupo Scout Nº 1 Ntra. Sra. de la Salud


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